viernes, 14 de diciembre de 2007

PROTAGONISTA: FRANZ KAFKA

En 2002, hice un programa de radio titulado “Pasaporte a la ternura”, como parte de la serie que, durante catorce años, hice para la Universidad Simón Bolívar y el Canal Clásico de la Radio Nacional de Venezuela, cuyo nombre genérico era Mágico y Maravilloso.
En dicho programa, referí tres anécdotas que, como explico en su introducción, hablaban de episodios de ternura en la vida de dos escritores -James Matthew Barrie y Franz Kafka-, y un actor, el comediante francés Fernandel.
Desde entonces, me quedó la idea de utilizar dos de ellas, las protagonizadas por Fernandel y Kafka, como ideas para textos literarios. La de Fernandel en un cuento y la del autor de La Metamorfosis en una novela corta.
Pero pasaron cinco años y sólo recientemente, mientras preparaba el tercer volumen de relatos de mi personaje Teresa –Los hermanos de Teresa-, utilicé el episodio de Fernandel, que presento en esta edición de Caravasar.
La otra idea la ataqué varias veces pero en ninguna de ellas me satisfizo lo escrito. La última fue a finales de febrero e inicios de marzo de este año, 2007. Entonces, produje unas quince páginas a mano que tampoco me gustaron.
Sin embargo, en esta última tentativa me aparté del episodio vivido por Kafka y empleé para contarlo otros personajes llamados Alfredo (un escritor sin ideas) y Nora (una niña a la que se le habían perdido otras dos muñecas).
Dos veces, a lo largo del tiempo transcurrido hasta ahora, retomé la escritura de esa novela corta. Pero, aunque la idea la tenía clara en la mente, a la hora de ponerla sobre papel –aún escribo a mano y luego transcribo a la computadora–, no me gustaba.
Tenía pensado retomar la historia ahora en diciembre, cuando esta semana leí la noticia de que la historia –con Kafka como protagonista–, ya había sido contada, nada menos que por el estupendo escritor catalán Jordi Sierra i Fabra y que le había proporcionado el Premio Nacional de Literatura para Niños y Jóvenes de España.
Curiosamente, en vez de molestarme, me pareció que lo sucedido era una lección no sólo para mí sino para cualquier escritor: las ideas, una vez en posesión nuestra, hay que llevarlas lo más pronto al papel, especialmente, si tienen su origen en una información de prensa.
Tampoco me molesté porque sé que Sierra i Fabra es un notable autor de libros para niños y jóvenes al que he leído con gusto, pues sabe escribir para estos públicos con gran maestría.
Creo que sí me habría molestado en el caso de que quien hubiese usado esa extraordinaria anécdota para convertirla en libro la hubiera desperdiciado en cursilerías o para ofrecer una –valga la irónica redundancia-, moraleja moralizante.
Como no he visto la novela en ninguna librería venezolana, no la he leído pero considero que un autor como Jordi Sierra i Fabra debió sacarle el mayor partido posible. Prueba de ello es el premio obtenido, al cual él había optado sin resultado positivo en siete u ocho ocasiones.
En vista de ello, busqué su web oficial y allí encontré el segundo capítulo de dicha novela que presento más abajo. Antes, muestro el guión del programa de radio al que aludí anteriormente, así como el cuento de Los hermanos de Teresa, en el que utilizo la anécdota de Fernandel. También la noticia sobre el premio a Jordi Sierra i Fabra.
De todos modos, la idea de la novela corta, con personajes diferentes a los de la anécdota real, la mantengo y espero concluirla un día de estos.
Como todas las semanas, espero que el material seleccionado le guste, amiga o amigo lector.
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MÁGICO Y MARAVILLOSO

Programa No. 1810.
Pasaporte a la Ternura.
Lunes 16 de Septiembre de 2002.


LOCUTORA:
¿Sabe Usted qué notable acto de ternura hizo en 1923 -pocos meses antes de morir-, el escritor checo Franz Kafka?

OPERADOR: PRESENTACION

LOCUTORA:
Según la noción machista predominante en nuestra sociedad, la ternura es una manifestación exclusivamente femenina y los hombres que la expresan no son enteramente hombres.
Obviamente, tal noción es absurda pues la mayoría de los padres se muestran tiernos con sus hijos y casi no hay un hombre que, al hallarse con su pareja, no recurra a actos, gestos y palabras de ternura para manifestar su cariño.
Para demostrar que las damas no monopolizan la ternura, en los minutos que siguen presentaremos tres anécdotas protagonizadas por hombres, en los que éstos realizan o participan de actos que sólo cabe calificar de “tiernos”.
El primero protagonizado por el dramaturgo y novelista James Matthew Barrie, creador de Peter Pan; el segundo por el comediante francés Fernandel y el tercero por el escritor checo Franz Kafka.

OPERADOR: Cortina.

LOCUTORA:
Cuando a mediados de la década de los Veinte, el escultor inglés George James Frampton concluyó su célebre estatua de Peter Pan e iba a colocarla en Kensington Gardens, en Londres, el dramaturgo y novelista James Matthew Barrie, creador del famoso personaje que no quería crecer, le hizo un petición: que el emplazamiento de la escultura se realizara de noche.
Cuando Frampton le preguntó la razón de tan curiosa solicitud, Barrie le contestó:
-Es que quiero que, al verla de un día para otro, los niños piensen que las hadas la han puesto allí.
Para cumplir con la petición de James Matthew Barrie, fue necesario contratar una gran cantidad de obreros y una grúa.
El trabajo de colocación de la estatua de Peter Pan se inició en la noche y concluyó en la madrugada y, en efecto, cuando los niños pasaron al día siguiente por allí se sorprendieron gratamente ante lo que consideraron un maravilloso acto de magia.

OPERADOR: Cortina.

LOCUTORA:
Fernandel, el destacado comediante francés que vivió entre 1903 y 1971, se hizo célebre entre otros papeles por el de “Don Camilo”, un cura bonachón creado por el escritor y humorista italiano Giovanni Guareschi.
En una ocasión, cuando se hallaba en Italia filmando precisamente la película titulada Don Camilo, Fernandel tuvo que abandonar por unos minutos el estudio cinematográfico y salir a la calle trajeado con la sotana del personaje.
De improviso, una niña que llevaba una muñeca en brazos se le acercó y le pidió:
-¡Padre, bendígame!
Fernandel no quiso engañarla y le dijo:
-Mira, niña, aunque me veas vestido de sacerdote, en realidad no lo soy. Yo...
En ese momento, la niña lo interrumpió:
-Pues si Usted no es un sacerdote de verdad, entonces bendiga a mi muñeca, que tampoco es una niña verdadera.

OPERADOR: Cortina.

LOCUTORA:
En 1923 y pocos meses antes de morir, el escritor checo Franz Kafka iba por una calle de Viena, cuando encontró a una niña que lloraba porque había perdido su muñeca.
Kafka se conmovió ante el llanto de la niña y le dijo que, en efecto, la muñeca se había ido y que él la había visto cuando se marchaba.
Le dijo, además, que la muñeca había hablado con él y había prometido que le escribiría a su dueña, para contarle cómo le iba.
La niña se tranquilizó y, en las semanas siguientes y hasta que Kafka fue hospitalizado, recibió varias cartas en las que la muñeca la contaba las aventuras que estaba viviendo.

OPERADOR: DESPEDIDA

Tiempo estimado de lectura del texto: 4'09"
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BENDICIÓN DE MENTIRAS

Una tarde en que Teresa andaba con mamá por el Centro Comercial El Recreo, vieron a un grupo de actores y actrices grabando un capítulo de una telenovela.
Uno de los actores estaba disfrazado de sacerdote católico y mi hermana, al verlo, recordó que la abuela le había dicho que a los padres se les pedía la bendición.
En cierto momento, el actor vestido de sacerdote pasó por donde estaba Teresa, con una muñeca que mamá le acababa de comprar.
–¡Bendición, padre! –dijo mi hermana tímidamente, pero el actor la escuchó y se volvió hacia ella:
–Perdona que no te dé la bendición, nena, pero yo no soy un sacerdote de verdad.
–¡Ah, bueno –respondió Teresa–, entonces bendiga a mi muñeca!

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Un libro sobre Kafka de Jordi Sierra
gana el Nacional de Literatura Infantil



MADRID. El escritor barcelonés Jordi Sierra i Fabra ganó ayer el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, concedido por el Ministerio de Cultura, con su obra Kafka y la muñeca viajera, una novela que recrea un episodio real de la vida del escritor checo.
El escritor reconoce que el galardón era "muy ansiado" por él, pues ya había optado al mismo "en siete u ocho ocasiones", y también porque a lo largo de su vida ha "luchado mucho por los libros para niños", a través de una fundación de apoyo a la literatura infantil que lleva su nombre. "La gente cree que todos son iguales pero no, éste es el nacional, me lo da mi país y es muy especial para mí", dice.
Autor de 315 libros, Sierra está orgulloso de ser "el escritor vivo que más obras ha publicado en España, según consta en el ISBN", y de figurar, junto a nombres como Bécquer, Pío Baroja o García Lorca, entre los diez autores más leídos en los centros escolares españoles, según datos del Ministerio de Cultura.
La obra premiada, publicada por Siruela, se inspira en un hecho verídico de la biografía de Kafka, y parte de un encuentro entre el escritor y una niña que llora por haber perdido su muñeca. Para consolarla, Kafka le dijo que la muñeca no estaba perdida, sino que "se había ido de viaje", y con el fin de hacer creíble su afirmación, el autor de La Metamorfosis y El proceso se convierte en el cartero ficticio de la muñeca.
Con "mucha poesía y ternura", Sierra novela cómo Kafka escribió, durante tres semanas, cartas de la muñeca dirigidas a la niña, en un relato que pone de relieve "el lado humano del escritor checo", según el galardonado, quien asegura que la inspiración para su libro le llegó "como una intuición" tras leer un artículo en prensa. "Es un libro inclasificable", señala el autor, quien afirma estar "en contra de las etiquetas" y asevera: "Esta obra puede leerla un señor mayor o un joven. Es un libro sin edad".
Antes de dedicarse plenamente a una prolífica carrera literaria jalonada de más de 30 premios, Sierra fundó las revistas musicales Popular 1 y Super Pop con el fin de "ser famoso" y poder publicar libros sobre el rock y el pop, afirma.
Traducido a 25 lenguas y con casi 8 millones de ejemplares vendidos, Sierra ha ganado premios como el Ateneo de Sevilla con su obra En Canarias se ha puesto el sol, el Néstor Luján de Novela Histórica por La pell de la revolta, el Gran Angular en tres ocasiones, el Edebé en dos, y el Premio Internacional A la Orilla del Viento (México), por Historias de medio mundo.
Desde hace tres años, el escritor está más volcado en su fundación que en la literatura. Creada con objeto de que los niños "no lo pasen tan mal" como él lo pasó en su infancia y "para que puedan cumplir sus sueños", la fundación emprende iniciativas como el Premio Sierra para escritores menores de 18 años, dotado con 3.000 euros, o talleres literarios infantiles en Colombia.
Nacido en 1947 en un hogar humilde y "mermado por un problema de tartamudez", Sierra dice que su infancia no fue "nada fácil", y que comenzó a escribir a la temprana edad de 8 años para salvar sus obstáculos comunicativos.
"Escribía porque me podía comunicar con los demás sin tartamudear", afirma Sierra i Fabra, que también hubo de enfrentarse a la prohibición de su padre de dedicarse a la literatura "porque los que escribían se morían de hambre".
Con 12 años, escribió un libro de 500 páginas, después de que su profesora le llamara "inútil" cuando le comunicó su vocación de literato, una "primera obra magna" que nunca llegó a publicar, pero que todavía conserva con cariño.
Según Sierra, que fue candidato al premio Andersen -el "Nobel de la literatura infantil y juvenil"-, en España hay una gran generación de escritores de este tipo de narrativa "de entre 50 y 60 años" que necesita un premio de talla internacional para lograr la difusión que merecen.
Pese al "gran impulso lector" propiciado por dicha generación, y otra de "valiosos jóvenes autores", Sierra opina que los niños no leen lo suficiente, ya que para él, "leer es más importante que estudiar".
Respecto al panorama literario, Sierra i Fabra confiesa que el ámbito en el que se mueve tiene que ver con autores que también escriben para niños y que son amigos suyos y aseguró que cosas como el Premio Planeta no le interesan, "aunque este año sí porque lo ha ganado Juan José Millás. Por lo demás no sé si está bien o mal", matiza.
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KAFKA Y LA MUÑECA VIAJERA
(Capítulo II)


Franz Kafka se detuvo delante de la niña.
—Hola.
La niña dejó de gritar, pero no de llorar. Levantó la cabeza y se encontró con él. En su desesperada crispación ni siquiera le había visto acercarse. Los ojos eran dos lagos desbordados, y los ríos que fluían de ellos formaban torrentes libres que resbalaban por las mejillas hasta el vacío abierto bajo la barbilla.
Hizo dos, tres sonoros pucheros antes de responder:
—Hola.
—¿Qué te sucede?
No lo miró con miedo. Pura inocencia. Cuando la vida florece todo son ventanas y puertas abiertas. En sus ojos más bien había dolor, pena, tristeza, una soterrada emoción que la llevaba a tener la sensibilidad a flor de piel.
—¿Te has perdido? —preguntó Franz Kafka ante su silencio.
—Yo no.
Le sonó extraño. “Yo no". En lugar decir "No" decía "Yo no".
—¿Dónde vives?
La niña señaló de forma imprecisa hacia su izquierda, en dirección a las casas recortadas por entre las copas de los árboles. Eso alivió al atribulado rescatador de niñas llorosas, porque dejaba claro que no estaba perdida.
—¿Te ha hecho daño alguien? —sabía que no había nadie cerca, pero era una pregunta obligada, y más en aquellos segundos decisivos en los que se estaba ganando su confianza.
Ella negó con la cabeza.
"Yo no".
Estaba claro que quien se había perdido era su hermano pequeño.
¿Cómo permitía una madre responsable, por vigilante o atenta que estuviese, dejar que sus hijos jugaran solos en el parque, aunque fuese uno tan apacible y hermoso como el Steglitz?
¿Y si él fuese un monstruo, un asesino de niñas?
—Así pues, no te has perdido —quiso dejarlo claro.
—Yo no, ya se lo he dicho —suspiró la pequeña.
—¿Quién entonces?
—Mi muñeca.
Las lágrimas, detenidas momentáneamente, reaparecieron en los ojos de su dueña. Recordar a su muñeca volvió a sumirla en la más profunda de las amarguras. Franz Kafka intentó evitar que diera aquel paso atrás.
—¿Tu muñeca? —repitió estúpidamente.
—Sí.
Muñeca o no, hermano o no, eran las lágrimas más sinceras y dolorosas que jamás hubiese visto. Lágrimas de una angustia suprema y una tristeza insondable.
¿Qué podía hacer ahora?
No tenía ni idea.
¿Irse? Estaba atrapado por el invisible círculo de la traumatizada protagonista de la escena. Pero quedarse... ¿Para qué?
No sabía cómo hablarle a una niña.
Y más a una niña que lloraba porque acababa de perder a su muñeca.
—¿Dónde la has visto por última vez?
—En aquel banco.
—¿Tú qué has hecho?
—Jugaba allí —le señaló una zona en la que había niños jugando.
—¿Y has estado allí mucho tiempo?
—No sé.
Aquellas sin duda eran las preguntas que haría un policía ante un delito, pero ni era un delito ni él un policía. El protagonista del incidente ni siquiera era un adulto. Eso le incomodó aún más. La singularidad del hecho lo tenía más y más atrapado. Quería irse pero no podía. Aquella niña y el abismo de sus ojos llorosos lo retenían.
Una excusa, un "lo siento", bastaría. De vuelta a su hogar. O una recomendación: "Vete a casa, niña". Tan sencillo.
¿Por qué el dolor infantil es tan poderoso?
La situación era real. La relación de una niña con su muñeca es de las más fuertes del universo. Una fuerza descomunal movida por una energía tremenda.
Y entonces, de pronto, Franz Kafka se quedó frío.
La solución era tan sencilla...
Al menos para su mente de escritor.
—Espera, espera, ¡qué tonto soy! ¿Cómo se llama tu muñeca?
—Brígida.
—¿Brígida? ¡Por supuesto! —soltó una risa de lo más convincente—. ¡Es ella, sí! No recordaba el nombre, ¡perdona! ¡Qué despistado soy a veces! ¡Con tanto trabajo!
La niña abrió sus ojos.
—Tu muñeca no se ha perdido —dijo Franz Kafka alegremente—. ¡Se ha ido de viaje!
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Kafka y la muñeca viajera. Editorial Siruela, Barcelona, España, 2006. Colección Las Tres Edades.
Capítulo tomado de la web oficial de Jordi Sierra i Fabra. Su dirección electrónica es:
http://www.sierraifabra.com
Las imágenes de Kafka son retratos hechos por el pintor español Álvaro Delgado, en 1992.La foto de Jordi Sierra i Fabra la tomé del diario electrónico español Periodista Digital.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

weno sta muy bien el libro por k yo lo he leido osea me lo compre ... y me lo lei pero me gusto muchoo asi k la profesora nos mando hacer un trabajo sobre esto y necesito k me ayudeisss!!!!
:)
ok por favor solo decirme osea describirme a los personajes y me digais en los lugares que se desarrolaron los hechos en que epoca sucede narrador...... etc...
weno spero k me ayudeisss!!!!
adios un saludo
:) :)